Leer libro Título: NARCO-MEX S.A. ECONOMÍA POLÍTICA Y ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS EN LA INDUSTRIA MEXICANA DE LAS DROGAS
Autor: RESA NESTARES, CARLOS
Año: 2005
Género: ENSAYO
Formato: PDF

Fuente: https://www.proceso.com.mx/95361/saldos-del-narcosexenio

SALDOS DEL NARCOSEXENIO (2000-2006)

El auge del narcotráfico en el sexenio de Vicente Fox, tan evidente como su extensión a un número cada vez mayor de estados, no hubiera sido posible sin la protección de las instituciones, particularmente de la policía, asegura el académico español Carlos Resa Nestares.

En su estudio sobre la evolución de los cárteles en México, el especialista sostiene que entre los saldos del gobierno foxista está el hecho de que la guerra contra el narcotráfico se convirtió en una "industria" que derrama cientos de millones de dólares anuales, pues, indica, entre "más grande es el enemigo", más dinero y recursos se invierten para combatirlo.

Más de la mitad de los policías del país están implicados en la protección a los cárteles de la droga, lo que ha provocado un recrudecimiento de la violencia en la recta final del foxismo y en el inicio del gobierno calderonista De esta manera, asegura el investigador español Carlos Resa Nestares, tales índices de violencia no se circunscriben sólo a los cárteles de la droga ni a la disputa por las narcorrutas, sino al núcleo de protección: los cuerpos de seguridad del país.

Como en ningún otro sexenio, en el de Vicente Fox -durante el que fueron asesinados 69 agentes de la AFI- "la protección oficial" se convirtió en el negocio más rentable, por lo que ahora es posible otorgar "mayor valor agregado a las mercancías ilegales" que transitan por el territorio nacional, puntualiza Resa Nestares, académico de la Universidad Autónoma de Madrid y de El Colegio de México que dedicó los últimos 10 años a esta extensa investigación, titulada «Narco-Mex, S.A.: Economía y administración de empresas en la industria mexicana de las drogas».

En su trabajo, el experto en temas de seguridad y narcotráfico hace un análisis sobre la evolución del crimen organizado en América Latina y en México. Ahí expone que el auge de esa actividad no hubiera sido posible sin la protección de las instituciones, particularmente de la policía.

A los narcos, explica, "poco les interesan" las luchas por los territorios, puesto que nadie tiene mejor control de las regiones y de las zonas de paso más importantes que las corporaciones policiacas.

Y aclara: "La venta de protección no debe entenderse como la extorsión. Las empresas mafiosas no sólo es que tengan un interés egoísta en el mantenimiento de los flujos comerciales, tanto en mercados legales como ilegales. Es que facilitan las relaciones comerciales al insuflar garantías a los actores acerca de que se respetarán los derechos de propiedad y se cumplirán los contratos."

"No sólo eso, sino que la existencia del protector beneficia a los actores establecidos al elevar los costos de entrada y así inhibir la competencia. Por lo tanto, la relación entre productores y compradores de protección tiene mucho de consensuada y bastante menos de imposición unilateral por parte de los vendedores. La protección de los mercados legales e ilegales es el corazón del crimen organizado, aunque sus actividades se pueden extender a la participación de otros mercados. Pero en algunos casos, como [en el de] los mercados de drogas, la participación de empresas mafiosas es contradictoria con el mantenimiento de su base de rentas al inducir una competencia violenta entre empresas de protección."

"El crimen organizado es un componente más de un ambiente concreto de relaciones personales y familiares en el que las actividades delictivas eran -y son- rutinarias, pero el hilo conductor es la vida social. El mafioso es un notable de la comunidad en tanto acumula favores de cualquier naturaleza con respecto de otros miembros, que de ese modo se prestan a cooperar de manera voluntaria, aunque limitada, en sus actividades empresariales."

"Las fiestas de los narcos no son para divertirse: se organizan para hacer negocios. Y el que tiene más invitados poderosos -policías, funcionarios o altos mandos militares- está enviando un claro mensaje a otros competidores; les hace sentir quién tiene todo el apoyo y la protección. Entonces, quienes se disputan las rutas no son los narcos. A los mafiosos lo que menos les conviene es la violencia. La gran disputa está en los cuerpos de seguridad, porque son los que en realidad están bien organizados: por zonas, por regiones, por estados, por distritos y municipios."

Resa Nestares asegura, incluso, que el principal negocio de la Procuraduría General de la República (PGR) y otras instituciones, como la desaparecida Dirección Federal de Seguridad (DFS) -de donde surgieron las figuras más notables del narcotráfico-, siempre ha sido la protección. Los casos de Amado Carrillo y Rafael Aguilar Guajardo, quienes comenzaron como agentes federales, son dos ejemplos representativos. Ambos tenían información estratégica privilegiada y luego pasaron a formar parte de los grupos operativos. Lo mismo ocurrió con Guillermo González Calderoni, conocido como El narcopolicía, quien tuvo una etapa de esplendor en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari al detener a algunos de los delincuentes más buscados, al tiempo que se hizo multimillonario protegiendo a narcotraficantes.

Resa apunta en su investigación: "El monopolio de base territorial no implica por sí mismo la inexistencia de relaciones entre empresas de protección. Sus vínculos, en su mayoría, no son orgánicos: consisten en el mantenimiento de algunos elementos que le son comunes a todas las empresas, como la conservación de la reputación o imagen de marca asociada con la mafia, y de cuya representación simbólica derivan sus oportunidades de negocio. En principio, la reputación sobre la utilización eficaz de la violencia es divisible y, por lo tanto, susceptible de ser franquiciada siempre que sea capaz de visualizar las relaciones entre franquicia y el franquiciado."

En «Narco-Mex, S.A.», Resa Nestares menciona que en Tamaulipas, Baja California, Nuevo León, Guerrero y Michoacán -los estados con mayor índice de violencia asociada con el narcotráfico- los principales protagonistas son agentes federales y locales que se han sumado a la protección de los cárteles.


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