Título: MIL DÍAS DE RIQUEZA. SAN ANTONIO DE LA IGUANA
Autor: TREVIÑO VILLARREAL, MARIO
Año: 1990
Género: HISTORIA Y MITOLOGÍA
Formato: PDF
La importancia de la minería en la vida novohispana es indiscutible. Este rubro fue el nervio principal que motivó una gran expansión en las fronteras y generó enormes riquezas que dinamizaron la estructura durante tres siglos de dominación. En la evolución de esta actividad se sentaron las bases para el desarrollo económico de la Corona Española y sus colonias.
En la Nueva España había cerca de 500 reales que probablemente comprendían tres mil minas, divididas en 37 distritos, en las que había otras tantas diputaciones de minería. El número de bocas o tiros y catas era más elevado, pues sólo en la Sierra de Zacatecas, existieron a fines del siglo XVIII, más de tres mil. La importancia de cada una estas regiones se estima por la cantidad de marcos de plata (ocho onzas, o sean 230 gramos) que entraron a las cajas reales.
El noreste novohispano, presentó características especiales de administración y gobierno. El avance paulatino de los españoles, motivado en gran medida por la búsqueda de metales preciosos por empresas con afanes esclavistas, dio origen a una frontera móvil muy extensa, pero débil, acosada constantemente por “bárbaros” y salteadores, conformando un clima de hostilidad, dentro del contexto de las llamadas “guerras vivas”, lo que hizo necesaria la protección permanente de pueblos y sobre todo de los caminos de la plata. Por lo general estos lugares eran poco fértiles y no permitían el fácil sustento de expedicionarios y conquistadores y mucho menos la configuración de asentamientos estables. Sin embargo, surgieron minerales de gran importancia, particularmente en el Nuevo Reino de León, los cuales contribuyeron en forma complementaria en la economía colonial.
Durante el virreinato del Marqués de las Amarillas (1755-1760), el Real de San Antonio de la Iguana, participó en el sostenimiento de la Nueva España, junto con yacimientos tan importantes como el Bolaños en la Nueva Galicia y Real del Monte cerca de Pachuca entre otros, sobre todo en los primeros años de su descubrimiento. La bonanza de sus metales fue fuente de bienestar y prosperidad, el influjo favorable no solo se dejó sentir en esta provincia, sino que hizo extensiva a la región.
Mario Treviño Villarreal relata el desarrollo de San Antonio de la Iguana en el municipio de Lampazos como centro minero, el cual provocó grandes expectativas e ilusiones en los pobladores del Nuevo Reino de León. Describe sus características, explotación, sistemas de operación, etc.